Mi abuela fue una costurera afamada en el departamento de su fábrica por los hermosos tarareos que acompañaba al ritmo de las agujas mecánicas. Se casó a los 24 años con mi abuelo y dejó el trabajo de las máquinas por el de las ollas.
Dice que si volviera a nacer hoy no le verían el pelo. Dice también que cuando se mira en el espejo sigue viendo su cara de hace 30 años. Y que esa de la foto que acabo de sacarle no es ella.
Cuando ahora tararea suena un pajarito.
Dice que si volviera a nacer hoy no le verían el pelo. Dice también que cuando se mira en el espejo sigue viendo su cara de hace 30 años. Y que esa de la foto que acabo de sacarle no es ella.
Cuando ahora tararea suena un pajarito.
Mi abuelo fue revisor de autobuses, zapatero, mecánico y manitas. Lo que más le ha gustado siempre es ir al campo con las tarteras, cuantos menos bultos mejor. Aunque no parecía pasarlo bien, sí disfrutaba. O eso dice hoy, que ya no puede ir.
Dice también que se le han quedado unas rodillas de papel. El otro día se fue a dar el paseo con tan mala suerte que tropezó y se rompió una mano. La izquierda.
Dice también que se le han quedado unas rodillas de papel. El otro día se fue a dar el paseo con tan mala suerte que tropezó y se rompió una mano. La izquierda.
Cuando mi abuela tararea suena igual, como un pajarito...Me encanta escuchar lo que nos cuentan...tienen las mejores historias...me encantan las fotos por cierto!
ResponderEliminarbesos
Lau
:)
ResponderEliminar¡Por los tarereos de los abuelos! :)
¡Uy! Abuelos...¡tienen tanto que contar! Y también van teniendo tantos achaques...
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