domingo, 31 de enero de 2010

bailamos con las manos



You are an ordinary lover



(somehow)



but we travel faster




in your car.




So long, so long.



Not now.


sábado, 30 de enero de 2010

4, 5, 6, 11 and 12




Dice mi abuela que cuando cumplió 25 años el tiempo se enfadó con ella y empezó a actuar como si le estorbara su presencia, corría más rápido de lo normal y daba la impresión de querer deshacerse al calor de la comida recién hecha.
Contemplar como hacía, con descaro, la suave danza del tiempo, se volvió tarea de valientes.
El tiempo ya no le agarraba de la cadera, la despreciaba y desde entonces hasta hoy, mi abuela dice que ha sentido en el tiempo la más grave de las pérdidas.

Todo esto lo cuenta mientras seca los platos y guarda las servilletas, arrastra las zapatillas y se rasca la entrepierna.



miércoles, 20 de enero de 2010

ERROR


Todo esto ha sido una enorme equivocación, nunca pensé que pudiera tener tales repercusiones.
Ni siquiera sé ante quién debería disculparme.
Pero lo siento.
La culpa es el más pesado de los sentimientos, es lo único que me quita el hambre.
Ha sido un grave error comprarme este bote de Panten ProV.

Ahora mi pelo huele a ti.

Me voy. Volando.


lunes, 18 de enero de 2010

De los Grandes Acontecimientos


¡Y créeme, amigo ruido infernal!
No en torno a los inventores de un ruido nuevo: es en torno a los inventores de nuevos valores que gira el mundo.

De modo inaudible gira.

sábado, 16 de enero de 2010

WE ARE TALKING IN SPACE not in time





De todas las Cosas Buenas que se acaban en el mundo, sólo hay una que me pone contenta.

El final de un libro.








ASÍ DE CONTENTA.

miércoles, 13 de enero de 2010

El árbol espía




*


Ojalá fuera un árbol y aprendiera a estar fría en el frío y caliente en el calor.


*





jueves, 7 de enero de 2010

Vamos, que nos vamos.









miércoles, 6 de enero de 2010

Are you guys feeling special tonight?

Las paredes de mi cuarto retumban cada vez que pasa un autobús por la calle.
Cada día, al menos cien autobuses se pasean inocentes por delante de la puerta de mi casa.
De las cuarenta plazas sentadas que llenan un autobús, a veces todas están ocupadas.
En ocasiones, estos revientatímpanos con ruedas vagan vacíos por la ciudad guiados tan sólo por un conductor de corbata que nunca se acuerda de mi.
Mísero egoísta. Y yo que te pienso cada noche antes de acostarme.